Cabezón de la Sal, 18 de octubre.- El Negreo se ha convertido para muchos en todo un símbolo de Los 10.000 del Soplao by TotalEnergies. Su inclusión, en la parte final del recorrido, y sus duras pendientes lo convierten en un coloso en el que cada ciclista lucha contra sí mismo, conocedor de que se trata del uno de los últimos obstáculos antes de alcanzar la Meta.
En 2023 se ascenderá en dos ocasiones por dos vertientes distintas, la última, completamente inédita. Aquí va un pequeño reconocimiento para que os vayáis haciendo a la idea:
“La novedosa subida desde Rozadío cuenta con 7 kms y una pendiente media cercana al 7% de desnivel. Se compone de dos tramos bastante duros. El primero está situado justo después de cruzar el primer paso canadiense. Conviene dosificar las fuerzas, puesto que los primeros 600 metros poseen pendientes que alcanzan el 13%, si bien, el piso de hormigón rallado, con buen grip, suaviza ligeramente la exigencia.
A pesar de lo empinado de la subida, conviene disfrutar de un entorno privilegiado formado por bosque autóctono, en el que centenares de robles, encinas y castaños ofrecen sombra en esa primera parte de la ascensión.
Un falso llano un poco más arriba ayuda a relajar las piernas. Posteriormente, nos aguardan tramos que oscilan entre el 5-9% de desnivel hasta cruzar el segundo paso canadiense que da paso a una parte de la ascensión más exigente con rampas del 12% sobre un piso más roto y húmedo.
Coronada la cumbre, se inicia el descenso hacia Puentenansa: 11 kms para disfrutar encima de la bicicleta con una bajada rápida y técnica que, en primera instancia, nos llevará a la zona de Las Antenas. A partir de ahí, el descenso se suaviza, con pendientes entorno al 5% desnivel que nos conducirán directamente al Valle del Nansa para proseguir la marcha en dirección a Monte A, última escalada antes de llegar a Cabezón de la Sal.